En una azotea de enormes dimensiones, abierta y pública, a 200 metros de altura y en una zona con una altísima densidad de rayos, es esencial detectar las tormentas con la mayor fiabilidad
El edificio Marina Bay Sands en Singapur es uno de los más espectaculares y conocidos de la arquitectura reciente: tres torres de más de 50 pisos que sostienen sobre ellas una impresionante estructura de 340 m de largo y más de una hectárea de superficie. Sobre esa cubierta, al aire libre, se encuentra la piscina elevada más alta del mundo, además de discotecas, restaurantes y jardines. Sólo la piscina tiene capacidad para casi 4000 personas.
Con estas características, la detección de tormentas es esencial. Incluso aunque la protección externa sea correcta, es extremadamente peligroso permanecer en la azotea y aún más dentro de la piscina durante una tormenta eléctrica. También es importante reducir al mínimo las falsas alarmas, ya que el edificio es un complejo de ocio donde la azotea es una de las principales atracciones.
Todas estas circunstancias han llevado a la empresa encargada de este edificio a instalar un detector de tormentas ATSTORMv2, ya que es totalmente electrónico, sin partes móviles que puedan obstruirse o deteriorarse. Detecta las tormentas incluso antes de que se produzcan las primeras descargas eléctricas, que podrían alcanzar al edificio por su gran altura. Además, el detector ATSTORMv2 está diseñado para analizar las medidas de campo electrostático, minimizando en lo posible las falsas alarmas, siendo por tanto ideal para indicar los momentos en los que se debe evacuar la azotea para la seguridad de las personas que la ocupan.