El rayo es uno de los fenómenos más destructivos de la naturaleza, por lo que es fundamental proteger de sus efectos a las personas, al medioambiente y a las infraestructuras, además de garantizar la continuidad de los servicios y salvaguardar los bienes materiales y culturales. Un sistema de protección contra el rayo tiene como objetivos: capturar el rayo, conducir su corriente de forma segura a tierra, disiparla en tierra y proteger de los efectos secundarios del rayo.